APRENDIZAJE COORPERATIVO
Aprenenetatge cooperatiu · Cooperative learning
El aprendizaje cooperativo es una metodología el objetivo de la cual es la construcción de conocimiento y la adquisición de competencias y habilidades sociales.
Una de las razones para tomar la decisión de poner en marcha en el aula estructuras de aprendizaje cooperativo es la meta fijada internacionalmente, primero por la Unesco en 2008 y posteriormente por numerosas normativas vigentes, para tener medidas que sostengan el derecho a la educación inclusiva.
Como medio para conseguir este fin, durante los últimos años las leyes de educación españolas e internacionales han hecho una apuesta para focalizar los contenidos hacia las competencias.
Este cambio implica que tenemos que enseñar a nuestros alumnos aquellas habilidades que los permiten resolver adecuadamente.
El aprendizaje cooperativo constituye una metodología de aula que se basa en estas premisas y subraya la interacción y la interdependencia entre compañeros como un medio a través del cual todos los alumnos puedan aprender unos de otros.
De este modo, se busca que sean los mismos alumnos (con la ayuda y supervisión del maestro) quienes protagonizan la construcción del andamio en el proceso de aprendizaje de sus compañeros, con el objetivo que todos avanzan en su “zona de desarrollo próximo”, es decir, en la distancia entre el que pueden hacer solos y el que pueden hacer con la ayuda de alguien más competente (*Vygotski, 1978).
En otras palabras, el objetivo es que los alumnos sean progresivamente más capaces de llevar a cabo de manera autónoma determinadas tareas para las cuales antes necesitaban a otros compañeros o al maestro. En este proceso, utilizando la metáfora del andamio, se retiran progresivamente las ayudas con el objetivo de ir dando mayor protagonismo y autonomía al alumno en su proceso de aprendizaje, aprendizaje cooperativo.
Son muchos los teóricos que defienden que la formación del alumnado no se tiene que reducir al desarrollo de sus capacidades intelectuales, sino que es imprescindible atender su desarrollo integral como personas. Destacan autores como Vygotski, Bruner, Kagan o los hermanos Johnson y Johnson.
La metodología de aprendizaje cooperativo ya hace años que se ha puesto en marcha en numerosas aulas y centros educativos, entre los cuales se encuentran los Colegios Diocesanos de València, con excelentes resultados, tanto en referencia al mejor rendimiento académico del alumnado como al funcionamiento general de las aulas y centros escolares.
Nos ayuda al trabajo del desarrollo integral de nuestros alumnos desde una antropología cristiana. Fomenta valores como:
– La tolerancia.
– El respeto.
– La igualdad.
– La empatía.
– La generosidad.
– La comprensión.
Es por todo esto, que el Colegio Diocesano Ave María de Penya-roja, de la mano de la Fundación San Vicente Mártir, apostó por esta metodología.
El Equipo de Innovación Pedagógica del centro recibió la formación y acompañamiento por parte de los miembros de la Comisión de Innovación de los Colegios Diocesanos, al mismo tiempo que se revertía esta formación en todos los miembros del claustro del colegio, creando comisiones por etapas y niveles para ponerlo en marcha como era necesario.
El aprendizaje Cooperativo se basa en el trabajo en equipo y, según Spencer Kagan, promueve:
– la responsabilidad individual
– la interdependencia positiva con iguales
– la interacción simultánea
– la participación igualitaria.
Esta metodología requiere la existencia de equipos heterogéneos de trabajo en los cuales los alumnos colaboran y se ayudan mutuamente para conseguir un aprendizaje significativo y el éxito del equipo.
También se necesita un trabajo de clima de aula y cohesión de los equipos, continuo y sistemático, que puede ir desde un curso escolar (Grupos Base), hasta agrupaciones por actividades concretas, trimestres… Además de este trabajo de clima y cohesión, incluye las estructuras cooperativas como herramientas que facilitarán la puesta en marcha de esta metodología a través de la asignación de diferentes pautas de organización de las tareas (distribución de roles entre los miembros del equipo, gestión del tiempo, etc.).
En el colegio tenemos muy claros los valores que queremos fomentar en nuestros alumnos, para lo cual puede resultar muy útil hacerse la siguiente pregunta: “Qué valores y habilidades crees que tiene que tener una persona para conseguir una plena participación en una sociedad cambiante y dinámica como la nuestra y porque se pueda desarrollar de manera integral en los tres ámbitos: personal, intelectual y espiritual?”.
Por lo tanto, el aprendizaje cooperativo transforma en una cosa positiva la heterogeneidad del alumnado y la convierte en un recurso de aprendizaje.
El objetivo a largo plazo es formar personas íntegras que sean solidarias, bondadosas, generosas y con capacidad de llevar a cabo un uso responsable de sus derechos y deberes.
En definitiva, todo esto contribuye a la formación de cristianos comprometidos con un desarrollo integral pleno y por tanto, más reflexivos y con mejores competencias comunicativas, porque es nuestra identidad y misión en el mundo la que nos grita a transformar, mediante el ejemplo del Evangelio, la sociedad actual.